En estos tiempos de pandemia en el que el trabajo, el estudio y hasta la relación entre las personas deben realizarse vía telemática, nos encontramos con que nuestro pueblo carece de los medios adecuados para desarrollar esas tareas con una mínima eficacia, lo que supone una discriminación con respecto al resto de los alaveses.
Así debemos deducirlo de las palabras de nuestro diputado general, quien hace ya un año aseguró que para el 31 de diciembre del 2019 todos los pueblos de Álava tendrían fibra óptica. ¿Qué ha pasado con el nuestro?
Tras diversas vicisitudes, algunas de ellas rocambolescas, los tubos preparados para contener la fibra óptica quedaron abandonados en un descampado.
Por iniciativa de la Junta Administrativa se procedió a una recogida de firmas, en la que se expresaba el descontento por el incumplimiento de la promesa de la Diputación Foral, instando a la misma a que diera solución a este problema en el plazo de tiempo más breve posible. La práctica totalidad de los vecinos y moradores de Mendixur rubricaron la petición.
Hasta el momento no hemos tenido más información oficial que la constatación de que la cosa va para largo.
El agua corriente no llegó a Mendixur hasta 1979. Para entonces el Gran Bilbao y Vitoria-Gasteiz se abastecian del agua del embalse de Ullibari-Gamboa, inaugurado en 1958 por el general Franco, cuyas orillas llegan hasta nuestro pueblo.
Esperamos que la demora precisa para disponer de una adecuada conexión a internet, no sea tan larga como la que tuvimos que soportar para tener agua corriente en nuestras casas.